¿Que sentirias si hubieses sido Dios para el mundo?
Ya escribí un artículo presentando el entorno o universo donde se desarrolla mi primera novela publicada:¿Sueña Kalki con vacas virtuales?. En ese texto, describí brevemente la supuesta historia anterior a la novela. Pero en realidad la novela se escribió antes de que se crease ese universo. La precuela fue algo que escribí para tener una referencia al corregir la coherencia.
Si deseas descargar gratis esa precuela de la que ya hablé ves a https://www.academia.edu/124982276/KALKI_Y_SU_UNIVERSO
El núcleo de esta historia no es tanto histórica como intima o personal. Trata de la conexión entre el sujeto o individuo y la totalidad, o su relación con el «sí mismo». Tema que nos llevaría a largas discusiones, si lo desarrollamos filosóficamente, pretendiendo que podemos llegar a conclusiones o verdades. Lo cual es totalmente opuesto a lo que pretendía hacer al escribir esta novela corta: yo quería escribir algo comercial.
El caso es que creo que lo logré. La impresión de algunos lectores me ha confirmado que he podido tomar temas complejos y pasar por ellos a través de la emoción y la acción, dibujar un universo completo y complejo, usando solo las líneas necesarias para que parezca real y se sienta vivo.
Contar detalles de esta novela es hacer spoilers seguros, dado que uno de los valores que los primeros lectores han elogiado es que la acción es impredecible, que la sorpresa constante es lo que les ha gustado más. Así que no, no voy a contar detalles aquí.
Lo que sí voy a remarcar es que la acción comienza cuando Barry Bailey, el hombre que una vez fue Dios, está en el extremo opuesto a esa experiencia: paranoico y borracho en la ciudad en ruinas que todos conocen como «el inframundo». A partir de ahí, conoceremos el pasado de Barry mientras vemos cómo avanza hacia el futuro y cómo, al acompañarle en ese camino, nos vamos acercando a lo que solo puede ser definido como un «apocalipsis», pero al estilo oriental.
¡Por qué el dios virtual al que Barry dio forma y al que estuvo unido es Kalki!
¿Quién se supone que es Kalki en la India? ¿Cuál es el arquetipo al que Barry Bailey prestó su sistema nervioso?
¿Quien es Kalki?
Kalki es la decima encarnación de Vishnu, será el guerrero que acabará con el mal y cerrará la edad oscura, restablecerá el Dharma y dará paso a la edad de la verdad: la edad luminosa.
El problema es que según el hinduísmo si meditas mucho en algo, si te concentras mucho en algo, te acabas convirtiendo en eso que contemplas. Y Kalki es el destructor del mundo.
Te presento ahora la sinopsis que acompaña al libro en Amazón: ¡Bienvenidos al fin del mundo!
Tras el ataque de un virus maligno en una tierra donde se vive conectado a una realidad virtual holográfica, los afectados por el virus fueron los seres humanos. La locura acabó convirtiendo el juego en pesadilla y se creó una religión virtual basada en el hinduismo y centrada en el Avatar Kalki. Ese Avatar Virtual fue entrenado por tres años, desde el cerebro de Barry Bailey, un actor de holopeliculas de Bolywood.
Imagina que eres Barry Bailey y entras en una sala especial llena de equipo tecnológico que no conoces. Te sientes bien porque te han inyectado sustancias que te dan placer. Estás en un estado óptimo gracias a que tus neurotransmisores son los adecuados para ello. Luego entras en una realidad virtual holográfica y tienes vivencias inducidas basadas en las descripciones de los libros místicos de todos los tiempos. Crees que el gozo que sientes es insuperable.
Pero no, no es insuperable, y lo descubres cuando tu primer devoto se conecta con tu mente y te ofrece toda su vivencia, todos sus deseos, culpas y aversiones. Por un momento, te impactan y se disuelven en tu gozo inducido. Pero ahora, al unirse él, ese gozo se duplica en intensidad.
¿Adivinas? Sí se puede superar, y lo descubres cuando son cientos primero, luego miles y finalmente millones de seres los que se conectan a ti. El placer es tan grande que te estás perdiendo en él y regresando ligeramente cada vez que impactan nuevos deseos, culpas y aversiones. Así pasa por tres años.
Y un día, eso para. Te sientes vacío en esa misma sala donde, no recuerdas cuándo, entraste.
—Buenos días, señor Bailey. El holograma ha completado su entrenamiento. Agradecemos su servicio.
Años después, estás tendido en el anillo exterior del Inframundo, y una mujer te está acariciando.
Ella te dice:
—Debe ser duro ser la imagen del Avatar y vivir como vives.
Este thriller ciberpunk místico vulnera la lógica a la vez que simula una coherencia en la que solo es posible creer debido al ritmo y a la manera en que se nos muestran las diferentes facetas y momentos en el tiempo que crean la misma historia. Con un sentido de humor muchas veces cercano a Tarantino y un trasfondo poético con toques surrealistas, propios, siento yo, de los cómics de Jean Giraud – Moebius.
Con un estilo desafiante, y saltos entre lo narrativo, lo filosófico y lo surrealista. La estructura fragmentada y la narrativa no lineal contribuyen a la sensación de un caos controlado, lo que refleja bien la temática de la obra. A veces, la densidad de las ideas y las imágenes puede resultar abrumadora, pero si el objetivo es incomodar al lector y sacarlo de su zona de confort, lo consigue plenamente.
La atmósfera de la obra es envolvente y perturbadora. Hay un sentido constante de inminencia, como si todo estuviera a punto de desmoronarse o de transformarse. El humor oscuro, la sátira religiosa y la crítica social sobre el uso de la tecnología como sustituto de la experiencia divina refuerzan ese tono caótico que caracteriza al texto. Al mismo tiempo, la obra tiene momentos de lirismo y belleza, especialmente cuando se exploran las relaciones más íntimas entre los personajes.
Este texto es para aquellos que desean ser desafiados a nivel intelectual y emocional. La mezcla de ciencia ficción, misticismo, sátira y crítica social lo convierte en una lectura única. Como lector, te encuentras inmerso en un viaje que es tanto interior como exterior, una meditación sobre la decadencia y la redención en un mundo donde lo divino y lo virtual se encuentran, se confunden y colapsan.
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