LA ETERNA PREGUNTA

El tiempo es subjetivo, si tú no existes el tiempo tampoco existe para ti y ese es tu final, pero dado los numerosos testimonio de seres humanos que han explicado sus experiencias post morten cuando su cerebro estaba clinicamente muerto. ¿y si quizás el fin de ese tiempo físico no significa el fin de tu actividad mental?

Si así fuera yo me pregunto … ¿antes de estar en mi cuerpo dónde estaba Yo?

Y algo en mi interior me responde que soy una parte de una Unidad inteligente que se diversifica en una multiplicidad de existencias distintas.

En otras palabras, para el cerebro, la muerte equivale a fin de la película de esta vida, pero para la mente, conectada con la Unidad, equivale a volver a su verdadera condición para fundirse en ella y después regresar a este plano una y otra vez en forma distintas y finalidad desconocida

Pero sistemáticamente, cuando me parece haber descubierto mi verdad, vuelvo a hundirme en el oscuro pozo de la eterna duda y me desespero porque nadie puede confirmar nada.

Y el problema es que a mi me gusta mi personaje en la película de la vida, dijéramos que me acostumbrado a él y la idea de abandonarlo me duele y más si es para siempre, me asusta lo desconocido, porque la muerte asusta a todos, aunque algunos afirmen lo contrario.

Las religiones nos han dado siempre una esperanza que a través de los siglos se ha convertido en el consuelo de muchos, nos han hablado de la continuidad de ese Yo.

Pero el mensaje ha sido adulterado bajo intereses creados por el poder y el egoísmo indicando como debes de pensar para anular así tu propio pensamiento y ese no es un mensaje de esperanza sino de adoctrinamiento, porque pensar por uno mismo es un inconveniente para sus propósitos.

Sin embargo cuando a veces, en momentos difíciles, siento el amor y el apoyo de los que se han ido en mi interior dándome ánimo, pienso que quizás esa Unidad sea algo muy distinto a lo que imagino y que cuando morimos no perdemos nuestra individualidad y al regresar, el Yo, la verdadera esencia es la misma en cada una y en la totalidad de cada una de las distintas personalidades. Como un holograma que contiene el todo en cada una de su partes.

Quizás mi verdadero ser consista en muchos seres a la vez, algo imposible de comprender en ese plano de tres dimensiones, pero probablemente comprensible bajo la perspectiva de una dimensión diferente, Quizás eso explica porque no recuerdo nada de mis reencarnaciones anteriores.

E intentando definir lo indefinible..¿no sera eso cierto para mi si yo creo en ello?…

Porque… ¿Y si todo lo que vivimos no es mas que lo que queremos vivir, como dicen los últimos experimentos de física cuántica, que está transformado la ciencia en algo cada vez mas cercano a las sabiduría de la espiritualidad ancestral de los antiguos?

Quizás no somos solo marionetas del azar, del destino o de la biología, sino personajes auténticos, que han elegido un guión para representar y dirigir una obra. Quizás no somos meros comparsas de esa obra repitiendo el mensaje de un apuntador. Quizás a eso se le llame croa creatividad de nuestro propio destino.

Pero ahí se origina otra pregunta..¿cual es la diferencia entre apuntadores e intérpretes? Si todos venimos aquí con un objetivo a cumplir, ¿por qué unos deseamos descubrirlo y a otros les es indiferente? ¿para que han venido entonces? ¿quizás esto es solo un juego en el que los vencedores consiguen hallar su respuesta y los vencidos deben volver aquí hasta encontrarla.?..

Siempre he estado haciéndome preguntas sobre el misterio de la existencia y ahora en la recta final de mi vida me parece que encontrarlas ha sido el objetivo de vivirla…

Descartes decía: “Pienso luego existo”.¿Será entonces verdad de que los que no piensan no existen?¿Serán esos los apuntadores los que solo repiten?..¿sera cierto que no tiene alma como algunos dicen? Y una tercera pregunta…la mas sobrecogedora… ¿si ellos no piensan por si mismos quien dicta el discurso del apuntador?.

Gloria Corrons
https://planetaselene-com

Un mundo mejor es posible!

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Laura

Antes de estar en nuestro cuerpo (con nuestra conciencia local, individual) quizá formábamos parte de una conciencia colectiva. Como dicen los estudiosos, nuestro cerebro actúa de interfaz de esa conciencia colectiva mientras estamos en nuestro cuerpo físico.
La idea de abandonar nuestro cuerpo, si es para ir a un estadio mejor, no es grave.
Un estadio mejor… Más placentero, más bonito, repleto de amor… Al menos esas son las conclusiones que sacamos cuando leemos los Evangelios, el Libro Tibetano de los Muertos, y otros tratados que abordan el tema de la trascendencia.
El adoctrinamiento que se atribuye a las religiones ha servido durante siglos para establecer unos principios de poder sobre la gente. Pero cada uno puede escoger qué creer dentro de la religión. A fin de cuentas, tenemos la capacidad para discernir, sobre todo en un tema tan desconocido como la trascendencia. Nadie puede asegurar nada. Y la capacidad para discernir no es incompatible con tener fé.

La idea de la reencarnación, la posibilidad de ingresar nuevamente al samsara, plantea cierto desasosiego, estoy de acuerdo. La duda de en qué nos reencarnaremos, y cómo nos afectará el karma para las próximas vidas.

En cualquier caso, al margen de creencias y religiones, el único consuelo -si es que podemos llamarle así- es la certeza que un día saldremos de dudas.