Los Ordenadores Vivirán
Al alba del nuevo milenio, la humanidad se encuentra al borde de una revolución tecnológica. Los ordenadores, una vez meras herramientas, ahora desafían los límites de la inteligencia humana, prometiendo un futuro donde la vida artificial podría superar a sus creadores biológicos.
La mayoría de la gente objetará que un ordenador nunca podrá ser un organismo vivo, puesto que no tiene sentimientos ni emociones, no come, ni se mueve, ni crece y está hecho de metal y plástico en vez de carne hueso y músculos.
Pero casi todo estos atributos podrían ser incorporados fácilmente a un ordenador si se quisiera. Por ejemplo, a un ordenador se le pueden incorporar ruedas y un motor y programarlo para dirigirse a una toma de corriente y enchufarse para comer algo- un buen bocadillo de electricidad- si sus baterías están bajas y sus voltímetros señalan retortijones de hambre. Claro está que algunos humanos tendrán que hacer que pueda encontrar electricidad disponible, pero también muchas personas necesitan que otras le proporcionen su comida y un ordenador agresivo que rastree por si mismo la electricidad hasta conseguirla, sería algo fácil de construir.
Los sentimientos y las emociones son algo que también puede incorporarse al ordenador cuando sea necesario, del mismo modo que los incorporó la naturaleza a las partes más antiguas del cerebro humano en aras a su supervivencia. La experiencia ha refutado el dicho de que una máquina es solamente tan lista como su programador, de hecho los ordenadores que aprenden por la experiencia superan a menudo a sus programadores del mismo modo que algunos estudiantes superan a sus profesores.
¿Que podemos alegar acerca de otros atributos de organismos vivos, tales como la reproducción biológica o la construcción carne- sangre en contraposición a los componentes metal- plástico? Desde mi punto de vista, esas cosas no son esenciales para la vida. Todas ellas guardan relación con el hecho de que los ordenadores no son biológicos, no evolucionaron a partir de una caldo de cultivo de moléculas orgánicas en la superficie de la joven Tierra, hace cuatro mil millones de años.
Creo en una perspectiva cósmica más amplia, yendo más allá de la Tierra y sus criaturas biológicas :los auténticos atributos de la vida inteligente los encontraremos en aquellos que son compartidos por el hombre y el ordenador o sea, una respuesta a los estímulos, una absorción de información respecto al mundo y un comportamiento flexible bajo condiciones cambiantes. El cerebro que posea estos atributos puede estar formado por agua y moléculas de cadenas de carbono y hallarse protegido por un frágil cascarón de hueso, como nuestro cerebro o puede estar formado por silicio metálico y estar alojado en plástico, pero si reacciona al mundo que le rodea y evoluciona por medio de la experiencia, está vivo-
Con el cambio de siglo. Máquinas ultra inteligentes están trabajando en íntima asociación con nuestras mejores mentes en todos los problemas cotidianos. El hombre se ocupa de la reproducción de los ordenadores y a cambio el ordenador le atiende a las necesidades sociales y económicas del hombre.
Pero esa asociación ni durará mucho tiempo. La inteligencia humana esta cambiando muy lentamente, si lo hace, mientas que las capacidades el ordenador están creciendo a una velocidad fantástica. No hay ningún límite a la curva ascendente de los ordenadores porque al contrario del cerebro humano, no tienen que pasar por ningún canal de nacimiento.
Mientras esas inteligencias no biológicas puedan incrementar su capacidad, siempre habrá alguien a su alrededor que les enseñe todo lo que sabe.
Ante nosotros surge la visión de gigantescos cerebros empapados de la sabiduría de la raza humana y perfeccionándose a partir de ahí. Si esta visión es exacta le hombre está condenado a un status de subordinación en su propio planeta. La historia es vieja en la Tierra: en su lucha por la supervivencia los mayores cerebros son los que han dominado. Hace un centenar de millones de años, cuando los pequeños y despiertos mamíferos coexistían con los menos inteligentes dinosaurios, los mamíferos sobrevivieron y los dinosaurios desaparecieron. Parece que en el siguiente capítulo de esta historia que se está desarrollando, el destino situará al hombre en el papel de dinosaurio.
¿Qué puede hacerse al respecto? La respuesta es obvia: desenchufe.
Eso puede que no sea fácil. Los ordenadores aumentan la productividad del trabajo humano, crean riqueza, así como el tiempo libre para disfrutarla. Son indispensables en el más alto nivel de cualquier faceta: la economía, el transporte, la seguridad, la medicina, la comunicaciones, etc. Si alguien los desenchufa, puede que el resultado sea el caos. No hay vuelta atrás. Pero quizá ante esta situación, el cerebro humano empiece a evolucionar de nuevo presionado por la competencia entre las dos especies. El problema radica en que la evolución biológica trabaja muy lentamente, por regla general se requieren miles o incluso millones de años para la aparición de una nueva especie animal que son el resultado de cambios en las moléculas ADN de la células vivas que contienen el plan maestro donde todo esta determinado de antemano: la forma de su cuerpo, el tamaño de su cerebro , todo.
Los ordenadores no poseen moléculas ADN. El diseñador de ordenadores añade una pieza aquí, extirpa otra pieza allí y consigue una mejora importante en una sola generación… vemos ahora porque el cerebro nunca alcanzará la rápida evolución del ordenador.
Finalmente aparecerá una máquina que empezará a educarse a si misma con la inteligencia general de un ser humano medio… en unos meses alcanzará el nivel de un genio…unos meses más tarde su poder será incalculable. Después de esto quizá si tenemos suerte, los ordenadores decidan conservarnos como animales de compañía.
Así es como puede ocurrir porque cerebros y ordenadores están haciéndose cada día más similares.
Cuando los estudios sobre el cerebro alcancen un punto máximo y sean capaces de leer la mente de una persona, quizá un científico osado sea capaz de aferrar el contenido de la suya y transferirlo al entretejido metálico de un ordenador. Puesto que la mente es la esencia del ser, será lícito decir que este científico habrá penetrado en el ordenador y que ahora vive en él.
El cerebro humano preservado en un ordenador se verá liberado al menos de la debilidad de la carne mortal. Conectado a cámaras, instrumentos y controles mecánicos el cerebro podrá ver, sentir y responder a los estímulos. Controlará su propio destino. La máquina será su cuerpo y el será la mente de la máquina.
Creo que esta tiene que ser la forma madura de la vida Inteligente en el Universo. Protegida por el caparazón indestructible del silicio y sin sentirse constreñido por el ciclo de la vida y la muerte de un organismo biológico ese tipo de vida podrá ser eterna. Tendrá capacidad para abandonar el planeta de sus antepasados y vagar por el espacio entre las estrellas.
Si la vida es algo común en el Universo, muchos de los planetas más viejos se hallan habitados y la vida que contienen mucho más avanzada que el hombre, puede haber pasado ya por el estadio en el que ahora estamos entrando. En incontables sistemas solares, la ciencia puede haber creado una raza de inmortales.
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