Tertium Organun – Capitulo XIII

Hay causas visibles ocultas y ocultas en los fenómenos.

Imaginémonos a un salvaje inteligente y hábil que estudia un reloj. Desmonta el reloj y cuenta todas la ruedecilla y tornillos, conoce el reloj como la palma de la mano lo único que no sabe es para que sirve.

Esto es positivismo.

Para alcanzar el significado de los fenómenos el positivismo es bueno.

Pero para éste la naturaleza es un libro cerrado del que solo estudia el aspecto exterior, es muy bueno cuando busca la respuesta de cómo funciona algo en condiciones dadas, pero cuando intenta ir mas lejos de estas, tiempo, espacio, causalidad, empieza afirmar que fuera de estas condiciones no existe nada.

En verdad los positivistas más serios niegan toda posibilidad de preguntas como por qué y para qué. Su filosofía considera un absurdo la búsqueda del significado y la finalidad. Pero su punto de vista no es el único posible.

El error habitual del positivismo es que el hecho de no ve nada salvo de sí mismo, sin embargo la humanidad nunca dejara de buscar respuestas a las preguntas por qué y para qué.

En relación con la naturaleza un científico positivista esta en la misma relación que un salvaje en una biblioteca llena de libros raros y valiosos. Para él un libro es una cosa de cierto tamaño y peso. Nunca la entenderá por su apariencia y el contenido del libro seguirá siendo un noúmeno insondable, como la naturaleza lo es para el científico positivista. Pero si un hombre sabe de la existencia del contenido del libro, o sea de la vida, si sabe que un significado misterioso se oculta bajo los fenómenos visibles es posible que al final llegue a la esencia de las cosas. Para esto es necesario entender la idea del contenido integro o esa el significado de la cosa en sí.

El científico que halla tablillas con jeroglíficos en un idioma desconocido las descifra y después de muchísimo trabajo las puede leer. Solo necesita una cosa para hacerlo: Saber que estos signos significan escritura. Mientras los considere un adorno, su significado e importancia permanecerán para él completamente cerrados. Pero tan pronto presupone la existencia de ese significado surge la posibilidad de captarlo. Cada cifra puede leerse pero uno debe de saber que es una cifra. Sin esa condición indispensable nada podrá leerse.

No puede haber mayor error que considerar al mundo dividido en fenómenos y noumenos, esta división solo existe en nuestra percepción. Este mundo es solo el mundo del mas allá percibido extrañamente.

Tal como un salvaje es imposible que se acerque al conocimiento de la naturaleza de un reloj estudiando su maquinaria, de igual modo su secreta razón de ser permanecerá oculta un científico positivista que estudia el aspecto externo de la vida. Para un salvaje el reloj será un interesante juguete completamente inútil. De modo parecido, para un materialista científico, un hombre parece ser un mecanismo que nació de manera desconocida y no menos desconocido con respecto a la finalidad de su existencia. Pero el hombre no es un mecanismo sino algo que tiene una finalidad y un significado en un mundo superior al mundo visible.

Como curioso resultado del mundo materialista surgen absurdos incomprensibles. Uno de ellos es el hombre económico, muy claramente un ser plano bidimensional que se mueve en dos direcciones, la de producción y la de consumo ¿cómo es posible representar al hombre en general en la forma de un ser evidentemente artificial? ¿Y como es posible llegar a entender sus complejas aspiraciones espirituales, principal impulso de la vida como desear conocer y entender todo lo que esta alrededor y dentro de él? La respuesta a esta pregunta sigue siendo un secreto para los inventores. Pero la teoría económica atrae ala gente como lo hacen todas las teorías simples que procurar una breve respuesta a una serie de largas preguntas. Nos hemos envuelto demasiado en teorías materialistas y no vemos nada mas allá de ellas.

El positivismo afirma que los fenómenos de la vida y la conciencia sin meramente las funciones de los fenómenos físicos y que los fenómenos de la vida y de la conciencia no son mas que diferentes manifestaciones de una energía física mecánica. Pero contra todo ello puede haber un argumento. Si esto fuera verdad se abría demostrado hace tiempo. Todo lo que se necesita es obtener vida o conciencia por medios mecánicos..

El hecho de la tremenda energía liberadora perteneciente a los fenómenos psicológicos es suficiente para colocar el problema del mundo oculta sobre una base real y firme.

Las teorías positivistas admiten explicar lo superior por medio de lo inferior, lo invisible por lo visible. Pero eso no es mas que el intento de explicar una incógnita por medio de otra incógnita. No se puede explicar lo conocido por medio de lo desconocido. Y eso inferior, como es la materia y el movimiento por medio de lo cual la teoría positivista intenta explicar lo superior de la vidas y el pensamiento, es desconocido.

Lo superior o sea el pensamiento es lo único que conocemos y de lo que estamos conscientes en nosotros y puesto que el pensamiento puede liberar energía física mientras que el movimiento nunca puede liberar pensamiento, se demuestra que no debemos empeñarnos en definir lo superior por medio de lo inferior, sino lo inferior por medio de lo superior. Y puesto que lo invisible como el contenido del un libro o la finalidad de un reloj define lo visible, no debemos tampoco empeñarnos en entender lo visible sino lo invisible.

Partiendo del falso supuesto del carácter mecánico de la la naturaleza, el positivismo comete otro error: Confunde la causa con lo que es efecto.

Se empeña en interpretar en un solo plano todo los fenómenos de diferente orden. Considera como si tuvieran interdependencia solo los fenómenos que tuenen lugar en la superficie y rehúsa admitir que causas no contenidas es este mundo podrían tener funciones fuera de él.

Debemos admitir que los fenómenos en este mundo contienen mucho de lo que esta oculto para nosotros desde las esferas biológicas y psicológicas las acciones proceden de aquello aspectos que están ocultos a nosotros o sea que la causa de lo visible es lo invisible.

En el mundo observamos como los fenómenos de conciencia, pensamientos, sentimientos y deseos dan origen a una serie de fenómenos físicos y vemos como estos provocan fenómenos fisiológicos y luego psicológicos. Pero mirando la vida desde fuera solo vemos fenómenos físicos y convencido de que estos son la realidad, no notamos a los demás. Este es el gran poder de sugestión de las ideas corrientes.

Pero lo concreto es que pensamiento y energía son aspectos diferentes de una misma cosa. Si fuéramos a abrir el cráneo de un hombre vivo y ver todas la vibraciones de las células de la materia gris del cerebro esto serian solo manifestaciones de energía y el pensamiento seguiría estando en alguna parte mas allá del campo de la investigación, retrocediendo ante cada aproximación. Como una sombra.

Un positivista al comprender esto siente que mediante este método nunca se acercara al pensamiento. Comprende que lo visible es producido por lo invisible y que sin entender lo invisible es imposible entender lo visible. Y si es audaz comprenderá que lo que antes consideraba real es irreal mientras que lo que consideraba irreal es real. Ve que lo fenómenos físicos desaparecen del mundo de la vista pero no desaparecen por completo, continúan viviendo de forma latente en algunas mentes o en la memoria de alguien en las palabras de algunas personas o en lo libros y luego nuevamente estallan y quedan al descubierto pasan de lo latente a lo manifiesto. Presenciamos estas transiciones de lo invisible a lo invisible en la vida de un hombre, en la vida de los pueblos en la historia de la humanidad. Estas cadenas de acontecimientos prosiguen continuamente entretejidas desapareciendo en ocasiones de nuestra vista y reapareciendo una vez más.

Mabel Collins dice así en Luz en el sendero; el futuro no esta formado por actos separados del presente, sino que la totalidad del futuro es una no interrumpida continuidad con el presente. Como el presente lo es con el pasado.

El pasaje citado nos muestra la idea del Karma, que la filosofía hindú desarrolló en la más remota antigüedad, es la idea de la secuencia no interrumpida de fenómenos, cada uno por pequeño que sea, es un eslabón en una cadena interminable que se extiende desde el pasado y penetra en el futuro.

Si examinamos la idea del karma desde el punto de vista de la teoría del tiempo y del espacio de muchas dimensiones, la interconexión de movimientos separados cesara de parecernos milagrosa. Puesto que los acontecimientos hasta los más distantes uno del otro en el tiempo están en contacto con la cuarta dimensión esto significa que tienen lugar simultáneamente como causa y efecto. Y los muros que las dividen no son mas que una ilusión de nuestra débil mente. Pero el tiempo no tiene existencia real y comprendemos entonces como y porque los acontecimientos de un milenio pueden tener una influencia directa sobre los acontecimientos de otro milenio. Lo que sabemos es: que los acontecimientos de hoy fueron ideas ayer y los acontecimientos de mañana están en el pensamiento de alguna persona en el hambre de alguien en el sufrimiento de alguien, y también en la imaginación de alguien y en la fantasía en lo sueños de alguien.

Sabemos todo esto pero nuestra ciencia positivista continua tozudamente viendo las secuencias de las cosas visibles, esta tendencia a verlo todo bajo un solo plano estrecha nuestro juicio tan terriblemente que no impide captar la vida en su totalidad. Podemos decir que el mundo de los fenómenos físicos representa un aparte de otro mundo que también existe aquí. Y cuyos acontecimientos tienen lugar aquí pero invisiblemente para nosotros.

Nada es más milagroso y sobrenatural que la vida.

Obsérvese una calle de una gran ciudad con todo sus detalles y se tendrá una gran cantidad de hechos, pero todo cuanto se oculta tras esos hechos no puede verse. Cuantos deseos y pensamientos, ansiosos y codiciosos, cuanto sufrimiento, engaño, fantasía, mentiras, simpatías antipatías, intereses…

Comparando esta calle con el mundo, con todo el pasado y con todo el futuro vemos claramente que una calle no pede ser estudiada solo por lo que es visible. El fenómeno complejo de la calle no revelara su infinito noúmeno conectado tanto con la eternidad con el tiempo el pasado y el futuro y con todo el mundo.

El mundo fenoménico es como una parte de algún otro mundo infinitamente más complejo que en un momento dado se nos manifiesta. Este mundo es infinito e incomprensible para nosotros tal como el mundo tridimensional en toda su variedad de funciones e incomprensible para un ser bidimensional Cada cosa tiene una variedad infinita de significados y es imposible conocer todos esos significados. Hegel dijo: cada idea extendida en el infinito se convierte en su contraria. En un significado la cosa es una totalidad enorme que incluye a una gran cantidad de partes, en otro significado es un aparte insignificante de una vasta totalidad.

Luz en el sendero dice. Entrarás en la luz pero nunca tocarás la llama. Porque todo conocimiento es condicional.

El aspecto fenoménico es siempre limitado, finito, abarca las propiedades de una cosas dada. El aspecto nouménico es siempre ilimitado e infinito. Pueden cambiar interminablemente pero no pueden desaparecer tal y como no pueden terminar ni detenerse. Todo lo que es supremo acerca de la esencia del alma tendrá asimismo un significado diferente de otro punto de vista. Y esto no tiene termino. Es la majestad y el terror del infinito.

Junto con nuestra visión de las cosas es posible otra visión desde otro mundo, desde lo que está al otro lado.

Pero allá no significa otro lugar sino otro método de percepción, una nueva comprensión.

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CAPÍTULO XIV

Gloria Corrons
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Un mundo mejor es posible!

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