Cuba

Cuba, lugar donde los haya en que la desesperanza y la extrema dificultad para sobrevivir cada día se contrarrestan con un buen humor, un compañerismo y una alegría innata digna de elogio y que pienso solo puede darse en un país cálido y caribeño como este.

Como aquí me dijo un taxista de ocasión, que no de profesión, de los muchísimos que hay por aquí: «si además de las penalidades que pasamos en este país, hiciera frío, sin dinero para ropa, con la deficiente alimentación que tenemos y la falta de combustible, desapareceríamos todos los cubanos, salvo Castro y unos cuantos amigos suyos…

A la falta de libertad y de información, que son derechos y necesidades de todo ser humano, se unen las carencias materiales, lo que hace que la quizás en su momento útil o justificada Revolución haya degenerado durante este largo proceso de 40 años en un estado caótico, absurdo e inviable que arrastra a su población al desastre.

Para imaginar la falta de información y por tanto de puntos de referencia que tienen los cubanos con respecto a lo que pasa en el mundo, baste decir que solo hay dos periódicos oficiales de cuatro páginas cada uno y portavoces del Partido Comunistas. la televisión, de pésima calidad y evidentemente también estatal, solo funciona de seis a once de la noche. Las antenas parabólicas están prohibidas suponiendo que tengas el dinero para ponerla y son inmediatamente confiscadas y objeto de multa. Solo en los hoteles para extranjeros las puede ver. Leer también es un grave problema puesto que hay muy pocos libros en las librerías y por supuesto no las novedades. Libros de política, alguna enciclopedia, clásicos españoles y unas poquisimas novelas de autores seleccionados. Comprar un periódico extranjero, de los que hay muy pocos y en los hoteles de lujo, les representa un doble problema, ya que no pueden entrar en dichos hoteles por ser cubanos y el precio, en dólares, le puede representar una cuarta parte de su salario mensual

Con lo cual su mejor fuente de información es hablar con los extranjeros, cosa ahora permitida, pero hasta hace unos cuantos años., penada con la cárcel

La falta de libertad, solo refiriéndome a la física, puesto que la de opinión y expresión es obvia, es otro de los grandes traumas y dificultades varias. Viajar al extranjero, les resulta casi imposible, ya que además de no tener el dinero tienen que ser invitados por alguien del exterior, que además les pague el pasaje y justifique para que van, y después de sufrir una terrible burocracia durante meses y peregrinación por diversos despachos hasta conseguir el ansiado permiso… o la respuesta negativa. Algunos ya se desaniman durante el proceso.

Pero moverse por el interior des país, no es mucho más fácil. Los transportes son casi nulos, los trenes van cuando van y tienes que tomar el pasaje con antelación y aún así te arriesgas a no viajar. En la ciudad es otra peregrinación. Ante la escasez de autobuses urbanos el gobierno ha puesto en circulación los llamados camellos, un vehículo híbrido y de forma extraña pero con capacidad para bastante gente que va hacinada en ellos aguantando temperaturas insufribles. Para no romperlos más por exceso de peso suben tantas personas como bajan. Si no baja nadie no se paran.

Te queda como elección hacer «botella», que es la versión cubana del «autostop». La gente que va en vehículos está muy concienciada del problema por lo que con mucha facilidad traslada al todo el que puede. Eso sí, te arriesgas a tener que cambiar la rueda una o dos veces al día ya que debido al mal estado de los neumáticos y de las calles es de lo más leve quede puede pasar. Es asombroso ver esos coches que tienen 20, 30, o 40 años todavía arrastrarse renqueantes, apedazados, apañados, zurcidos, pero resistiendo a morir. Debe de ser también el espíritu de la Revolución

También el movimiento dentro de su propia ciudad está restringido para el nativo, ya que por ejemplo, no pueden entrar en los hoteles para extranjeros si no van acompañados de uno de ellos. Suponiendo que tuviesen los dólares para pagar el alojamiento tampoco podrían, está prohibido, solo pueden alojarse en hoteles cubanos pagaderos en moneda local y son por supuesto de tercera categoría.

Un sueldo normal de los cubanos con carrera es equivalente de 10 a 20 dólares mensuales, lo que da una idea de su poder adquisitivo.

Vivienda, luz, teléfono, son servicios muy baratos, por supuesto, pero también en proporción a su utilidad. Apagones de luz tienen a cada momento y con el teléfono no puedes llamar al extranjero, tiene que ser teléfono en dólares. La comida también es barata pero solo la que hay que está además racionada: frijoles, arroz, 6 huevos al mes, un panecillo al día, un trozo de carne cuando hay y poco más. Leche solo para los niños hasta siete años y mayores de 65. Pescado, fruta, verdura fresca es prácticamente inexistente, hasta con dólares hay dificultades en encontrarlo.

Los medicamentos son otro Vía Cruces. En los hospitales te atienden pero con la medicación que tengan es este momento. Tratamientos especiales o largos o con medicamentos especiales, no hay, o con suerte comprándolos en las farmacias de pago con dólares, pero hay que disponer de ellos. Como me decía un cubano desesperado cuya hija había enfermado: «solo un frasco de su medicación cuesta 10 dólares y yo gano 7 al mes, ¿cómo lo hago?.. 

Ante este panorama es lógico que la mayoría de la economía cubana sea sumergida o ilegal. La única forma de sobrevivir es acceder al todopoderoso dólar y para esto la inventiva cubana no tiene límites. El ingenio se agudiza con la necesidad y ellos son unos artistas en eso. Por desgracia mucha gente tiene que dejar sus profesiones, sus carreras, para ser taxista o maletero o camarero y ganar en un día lo que en pesos ganarían en un mes. Pero eso no produce riqueza, dicen que el cubano no está motivado para trabajar y con razón. Muchas familias están viviendo de los que sus parientes les mandan del extranjero, desde hace poco permitido, pero eso tampoco crea riqueza sino una nueva forma de asistidos.

La medicina, la enseñanza, para todos eran de los mejores logros de la Revolución. Ahora los hospitales están, pero no tienen medicamentos ni tecnología avanzada, las escuelas falta de material, de libros, de cuadernos, de lápices. En algunas escuelas rurales los niños tienen que ir solo de oyentes pues no tiene con que trabajar.

Pero es un país que recomiendo encarecidamente visitar, todos podemos aprender mucho. La isla en sí es preciosa y la Habana es una ciudad con un enorme encanto y en las que se ven las huellas de un pasado espléndido. Sus gentes son acogedoras y simpáticas y jamás experimentas el sentimiento de soledad. Además el cubano es generoso y lo poco o mucho que tiene lo comparte contigo. El sonido de la música, algo vital para el cubano, acompaña siempre tu vida allí.

Como forma adicional de ingresos, muchos cubanos alquilan sus viviendas o habitaciones a los extranjeros. Suelen estar muy bien, muy limpias y mucho más económicas que un hotel. Es una buena forma de integrarse y de compartir la vida con ellos.

Magda Negre