Fragilidad


Un hilo tenue sostiene el cuerpo,
delicado como un soplo de brisa,
basta un susurro, un leve tropiezo,
para que el mundo se vuelva ceniza.
El pulso firme, la risa plena,
un día danza, al otro calla,
como cristal en manos del viento,
como la espuma que besa la playa.
A veces somos roca y acero,
otras, cenizas de un fuego extinto,
y en la caída, temblor incierto,
sentimos cuánto es breve el instinto.
Más frágil somos de lo que creemos,
cuerpos de humo, piel de papel,
pero en la duda, si aún latemos,
hay luz que insiste en renacer.

M.S.G.

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Monica Sanchez Gallardo