GUARDIAN DE LOS GATOS

En las calles frías y solitarias, donde el viento susurra su canción, andan almas suaves y calladas, buscando abrigo y un poco de amor.
Con ojos grandes, llenos de historia, caminan sigilosos en la oscuridad, su mundo es áspero, sin más gloria que un rincón seguro para descansar.
Y yo, que escucho su hambre y su pena, les ofrezco un plato, un poco de paz, un gesto simple, sin más cadena que el lazo invisible de la bondad.
No piden nada, solo existencia, un techo de estrellas, un día más, y en su mirada veo la esencia de aquellos que nadie quiso cuidar.
Por eso sigo, sin esperar nada, dejando comida en cada portal, porque un alma noble no mide en palabras, sino en las huellas que deja al pasar.
Fdo. Mónica Sánchez Gallardo (poeta de los gatos).
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