Tertium Organum – Capitulo XV
CAPITULO XV
No hay aspecto de la vida que no nos revele infinidad de cosas nuevas e inesperadas si comprendemos que, detrás de este lado visible, existe todo un lado invisible de fuerzas incomprensibles a través de las cuales entramos en contacto directo con el amor y la muerte.
En la mitología hindú el amor y la muerte son las dos caras de la misma deidad. Las religiones en su conjunto son todas enseñanzas sobre la muerte En realidad el amor es para nosotros un misterio tan grande como la muerte pero el amor se acepta en la filosofía como algo que ya se conoce y entiende y reparamos en él con menos fuerza que la muerte.
En realidad el amor es un fenómeno cósmico en que la humanidad es completamente accidental. Si los hombres pudieran entender esto, entenderían que amor es algo muy diferente y de origen muy distinto a los pequeños acontecimientos de la vida terrena.
El amor con relación a nuestra vida es una deidad ora benévola ora dura pero que nunca se somete a nosotros. Los hombres se empeñan en subyugar al amor pero el amor no puede subyugarse ante nada y el amor les obliga a ellos a servirle y a hacer lo que él quiere.
Tanto la moralidad positivista como la espiritual admiten solo un resultado posible en el amor: los hijos… la propagación de la especie. Pero este resultado objetivo, que puede ocurrir o no, es en todo caso, solo el hecho material de la fecundación. En realidad el amor de ningún modo consiste solo en ese hecho material, aunque para la ciencia que estudia la vida, no es mas que un eslabón en la cadena de hechos que mantienen el curso de la vida interrumpido. La fuerza que atrae mutuamente a ambos sexos para propagación de la especie y que fue creada por las formas mismas de la propagación de esta.
Pero si nosotros consideramos el amor desde este punto de vista tendremos que admitir que, de esta fuerza hay mas de la necesaria. Con los fines de la propagación de la especie se utiliza solamente una pequeña fracción de un uno por ciento de esta fuerza ¿a dónde se dirige pues la parte principal de esta fuerza?
Sabemos que nada puede desparecer, si existe energía esta debe de transformarse en algo.
Tomemos una vela común, debe de dar luz pero debe de dar mucho mas calor que luz. La luz es la función directa de la vela pero el calor es la función indirecta, pero hay mas calor que luz. A primera vista parece que el calor que produce la vela se desperdicia e que incluso a veces es desagradable o molesto. Pero es así como desde ser sin este gasto no podría obtenerse lo principal.
Lo mismo se aplica al amor, solo un aparte insignificante se dedica a crear la progenie pero la mayor parte parecen gastarla lo padres en emociones personales, pero sin esto no podría obtenerse lo principal, a todo ese torbellino de emociones, sentimientos, agitaciones, deseos, pensamientos, fantasías y creaciones interiores solo debido a la belleza de lo que se crea, el amor puede cumplir su función directa. Además la energía superflua en ningún modo se desperdicia sino que se trasforma en otras formas de energía o sea que los resultados indirectos pueden ser mucho más importantes que la significación de los resultados directos.
Y nosotros podemos determinar como la energía del amor se trasforma en instintos, en el poder de las ideas, en la fuerza creadora, en imágenes artísticas, en canciones, sonidos, poseía y música. Y podemos imaginar que la misma energías que se trasforma en intuición de orden superior no abrirá un mundo misterioso y milagroso.
En toda naturaleza viva incluso la que considéranos muerta. El amor es una fuerza que incita la actividad en las direcciones mas variadas. Toda la actividad creadora de la humanidad es el resultado del amor. Todo nuestro mundo gira entorno al amor como su centro. El amor es una gran fuerza que arranca todas las mascaras. Y las persona que huyen del amor lo hacen al fin de conservar sus mascaras. Si la creación es la luz que proviene del amor, entonces esa luz proviene de una gran llama y tal vez sea precisamente de es llama que nacerá una nueva fuerza que guiaran a quienes la sigan fuera de las prisiones de la materia.
Cuando un hombre empieza a estar consciente en su sueño de que esta dormido y lo que ve es un sueño se despierta. Del mismo modo un alma cuando empieza a darse cuenta de que toda la vida visible es un sueño se acerca al despertar. Quienquiera que sea capaz de ver mas allá del hecho empezará a ver muchas cosas nuevas precisamente en el amor y a través del amor.
Shopenhauer dice sobre la relación entre las dos leyes fundamentales de nuestra existencia: el amor y la muerte:
Debo señalar como se reencuentran el principio y el fin. La muerte es el gran deposito de la vida. Todo proviene de ella. Todo lo que ahora vive estuvo allí antes. Si pudiéramos entender este misterio todo estaría claro.
Capitlo XVI
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